Se narra en el génesis de Internet como con los primeros resultados de los motores de búsqueda nació el posicionamiento web, y de su costilla se originaron los redactores SEO primogénitos. Con sus palabras clave predicaron los contenidos optimizados iniciales, con la misión de atraer, adquirir y llamar la atención de los usuarios que necesitasen un producto o servicio, para finalmente convertirlos en clientes fieles.
Con la entrada del nuevo milenio, y la consideración de Google como el principal (y casi único) motor de búsqueda, se establecieron las principales doctrinas relativas a la optimización de contenidos web: el link building, las meta etiquetas y la óptima colocación de las keywords deberían ser considerados como preceptos fundamentales para la obtención de buenos resultados en los rankings de búsquedas.

Poco tiempo despúes Google dio inicio a una dura cruzada, que tenía como objetivo hacer desaparecer aquellos sitios web que se atreviesen a emplear sobreoptimización de palabras clave, links de baja calidad o a publicar contenido sin valor. Primero el algoritmo Panda y después Penguin, como ángeles exterminadores, diezmaron las webs de los resultados de búsqueda y arrasaron con un ingente número de granjas de enlaces.
En la actualidad Google se ha convertido en un buscador omnipresente, que con la constante actualización de su algoritmo exige contenidos de calidad, utilidad, relevantes y personalizados para el usuario. Por este motivo, todo redactor SEO que desee posicionar sus contenidos en los primeros resultados de búsqueda, deberá seguir un decálogo de mandamientos que los googlebots llevan grabado a fuego en sus tablas de datos:
I – Amarás el SEO sobre todas las técnicas.
La principal labor de un redactor SEO profesional es escribir textos originales y de calidad, que garanticen que la página web de un negocio obtenga más visibilidad en Internet y, en consecuencia, un mayor número de clientes y ventas. Pero para cumplir esta misión no existe otra opción que adaptarse a las premisas que marca Google, pensando en la mejora de experiencia de navegación del usuario. Denominamos SEO a este conjunto de acciones, técnicas y estrategias que se emplean para mejorar el posicionamiento (la visibilidad) de una página web.
Por lo tanto, para crear un contenido realmente efectivo, es muy importante elegir correctamente las palabras claves, incorporar enlaces internos y externos, optimizar todos los encabezados de la web, trabajar la estructura de las URL, cuidar la metadescripción y otras etiquetas…
Pero debemos tener presente que el SEO está en continua evolución, debido a que el todopoderoso Google actualiza sus algoritmos constantemente. Esto significa que para ser un buen redactor SEO no basta con tener años de formación y experiencia. Nunca deberá dejar de aprender y actualizarse para conseguir estar al día con las tendencias y desarrollar nuevas habilidades. El posicionamiento SEO es un camino, no un destino.
II – No tomarás el nombre de copywriter en vano.
El término copywriting parece haberse convertido en una especie de tótem sagrado al que se le atribuyen una infinidad de beneficios y milagros, a veces ciertos y otras no tanto. Si bien es indudable que se trata de una técnica muy efectiva, es necesario diferenciarla de la redacción de contenidos, ya que no tienen los mismos propósitos y juegan un rol diferente en el campo del marketing online.
Mientras que el copywriter busca convencer al lector de que pase a la acción, mediante mensajes precisos que logren destacar por encima del resto, el objetivo del redactor de contenidos es realizar de textos de valor, calidad y utilidad que al mismo tiempo entretengan e informen al usuario consigan posicionamiento orgánico.
Estas características convierten a la redacción de contenidos SEO en un instrumento imprescindible para que un negocio tenga éxito en la red. Si nuestra profesión es únicamente la de redactor SEO debemos comunicarlo con claridad y precisión, nunca adoptar términos que por estar de moda parezcan proporcionar más aceptación o reputación.
Huyendo de estos falsos ídolos de adoración evitaremos aumentar la confusión existente acerca de los oficios que se dedican a crear textos digitales, tan contraproducente a la hora de comunicarnos con nuestros clientes y realizar planes o campañas de marketing de contenidos.
III – Santificarás el contenido de calidad.
El contenido de valor y calidad es el único medio que realmente garantizará un buen posicionamiento y el aumento del número de visitas de una página. Para conseguir este objetivo, el redactor SEO debe elaborar previamente una planificación de contenidos que contenga las temáticas, formato, extensión y requisitos técnicos, siempre teniendo en cuenta las particularidades de nuestro cliente y las necesidades del público a quién queremos dirigirnos y cómo podemos responder a ellas.
También será necesario realizar una amplia labor de documentación e investigación (incluso de la competencia), precisa para realizar contenidos de calidad que garanticen unos buenos resultados. Igualmente se debe tener en cuenta todos los aspectos referentes a la maquetación y publicación de un artículo y aplicar las distintas posibilidades que existen para optimizar un texto y hacerlo más visual y atrayente: imágenes, encabezados, negritas, listas…
IV – Honrarás a tu cliente y a tus lectores.
A través de sus palabras, el redactor de contenidos también es el encargado de transmitir la personalidad a una marca, generar confianza y darle autoridad. Por lo tanto, debe estar totalmente capacitado para adaptarse a cualquier temática, tipo y estilo de creación de textos, saber expresar cuáles son los beneficios de todo producto o servicio y crear interés por ellos. En pocas palabras, debe fundirse con la marca que representa y ser su voz.
Pero, igualmente, en todo momento se debe tener presente al público a quien va dirigido los contenidos. Los temas, el valor y la calidad de los textos que el redactor ofrece, pueden significar la diferencia a la hora de que un consumidor elija o recomiende un negocio o el de la competencia. En consecuencia, es esencial demostrar a los usuarios que se dominan los temas que les interesan, que se entienden sus necesidades y, por supuesto, que se les puede dar respuesta.
V – No plagiarás.
Quien se dedique a crear contenido y no comprenda o ignore que resulta imprescindible que sea exclusivo y original (que no haya sido copiado o duplicado), no solo merece que Google lleve a los infiernos de los rankings de búsqueda su publicación (y créeme que lo hará), sino que ni es digno de ser considerado redactor de contenidos. ¡Amén!
VI – No cometerás faltas de ortografía.
Ni gramaticales, de semántica, sintaxis o de expresión. Google premia el buen empleo del idioma y castiga su mal uso, así de fácil. Estamos ante uno de los criterios más básicos del posicionamiento SEO.
Pero no basta con tener una ortografía impecable y una excelente redacción para que un texto logre un buen posicionamiento, también es necesario que tenga una extensión adecuada, que esté bien estructurado y que a la hora de incluir palabras clave no se sacrifique su legibilidad.
VII – No robarás ideas.
Un redactor SEO debe ser, por encima de todo, un escritor creativo capaz de concebir ideas propias y plasmarlas para crear un contenido original y exclusivo, que aporte valor y personalidad propia a una marca o negocio.
No nos estamos refiriendo a no poder inspirarse en el trabajo ajeno para establecer nuestra propia idiosincrasia como creadores de contenidos, eso es totalmente legítimo. Pero es importante descubrir ese punto que nos diferencia del resto, para poder plasmarlo en nuestros trabajos y ofrecer algo único, singular y, por lo tanto, valioso. Porque detrás de cualquier campaña de marketing de contenidos exitosa, siempre se encuentra una idea novedosa.
VIII – No darás información falsa ni fuentes no contrastadas.
La credibilidad de un contenido es un factor fundamental a la hora de generar confianza en los usuarios y aportar autoridad y buena reputación a la web de tu cliente. Por esta razón, el trabajo de investigación y documentación previo a realizar un texto es fundamental. Consultar fuentes veraces y realizar enlaces a webs fiables deben ser labores obligatorias para todo redactor SEO.
IX – No utilizarás técnicas de Black Hat SEO.
El buen redactor SEO jamás utilizará trucos SEO que prometan posicionar a corto plazo. Comprende el funcionamiento de los algoritmos y es consciente de que, con el tiempo, el uso de atajos suele suponer penalizaciones y perdida de presencia en las búsquedas.
Tanto es así que el mismísimo Google ha publicado una serie de directrices y principios básicos que indican qué prácticas son las recomendadas y cuáles están en su lista de técnicas prohibidas. También nos aconseja que si alguna vez nos vemos en la tentación de emplear alguna de estas malas prácticas, primero nos preguntemos: «¿Esto es útil para mis usuarios? ¿Haría esto si no existiesen los buscadores?». Incluso que nos planteemos si nos sentiríamos cómodos explicando que hemos usado este tipo de técnicas a un sitio web de la competencia, o a un empleado de Google… No hay duda de que estamos a un paso de los Google-confesionarios.
X – No codiciarás los resultados ajenos.
El marketing de contenidos es una estrategia muy efectiva de la que se obtienen múltiples beneficios y rendimientos perdurables, pero que requiere de tiempo, paciencia y dedicación constante para empezar a obtener buenos resultados. En un primer momento crecerán lentamente y se necesitará algo de fe para no sentirse desilusionado.
Nuestro consejo es que no te frustres ni te obsesiones con los resultados de la competencia. Simplemente céntrate en superarte a ti mismo, en realizar un mejor contenido cada día, en evolucionar, formarte, actualizarte y nunca dejar de disfrutar de esta profesión creativa y apasionante que es la redacción de contenidos.
En alvaseo somos verdaderos creyentes del marketing de contenidos, y lo celebramos obteniendo un mayor número de visitas y ventas para nuestros venerados clientes.
¡Bendito sea el posicionamiento SEO!
© David Alva, redactor de contenidos.